jueves, 27 de septiembre de 2012
martes, 11 de septiembre de 2012
LA BODA DEL VICEPRESIDENTE EN TIWANAKU: UN ANÁLISIS DESDE LA POLÍTICA Y LA RITUALIDAD
Por qué Tiwanaku?
Las ruinas arqueológicas de
Tiwanaku, población ubicada cerca de la ciudad de La Paz son consideradas como
un lugar de mucha energía cósmica tanto por los comunarios como por
intelectuales, especialmente de la disciplina de la arqueología, como por
adeptos a corrientes ideológicas gnósticas esotéricas. También están
intelectuales y políticos mestizos e indígenas urbanos quienes, por considerar
a Tiwanaku como los orígenes y el centro de la cultura andina (puquinas,
tiwanakotas, aymaras y quechuas) quisieron recuperar las prácticas andinas y fundaron
movimientos y partidos políticos de corte indianista – kataristas guiados por
el paradigma de lo que, en su momento se denominó, el retorno del Pachakuti y
propugnaron la celebración del Año Nuevo Aymara en el solsticio del 21 de
junio.
Lo paradójico de la situación es
que en estas prácticas no participaban los pobladores – comunarios de las
estancias rurales de la región ya que como producto de más de 500 años de
colonialismo español sus prácticas en cuanto a la ritualidad son sincréticas
(prácticas andinas y católicas, o directamente ya son sólo evangélicos) lo que
no quiere decir que no tengan una visión holista particular de la
espiritualidad. Solamente fue Rufino Phaxsi, lugareño y con conocimientos de
medicina natural quien, en alianza con los grupos entusiastas por la
recuperación de los elementos simbólicos andinos que se dicen son originarios,
e incluso con agencias de turismo, pusieron en marcha de lo que después se
denominó el Año Nuevo Aymara, celebración que posteriormente se extendió a
distintos lugares del país.
El Consejo de Amawt´as como protagonista central
Ya por 1991 -1992 los comunarios
de la región se rebelaron ante la participación individual que tenía Phaxsi y
propugnaron un levantamiento a la cabeza de Valentín Mejillones, nacido en la
comunidad de Corpa pero con residencia permanente en el barrio de Alto Lima de
la ciudad de El Alto. Remarcar esto es muy importante porque las diferencias
entre quienes viven en las comunidades y son agricultores y están en permanente
relación la naturaleza no es lo mismo que haber nacido en la comunidad y
residir en la ciudad. En lo simbólico se pierden ciertas representaciones y se
adquieren otras, entonces la identidad cambia ya que esta desde el punto de
vista del interaccionismo simbólico, corriente sociológica a la cual me
adscribo, la identidad es procesual y no estructural ni estática, por más que
se pertenezca a la misma etnia o raza, en este caso, la aymara.
En este contexto, se funda lo que
se denominó el Consejo de Amawt´as de Tiwanaku, cuyos integrantes constituían y
constituyen hasta el presente, representantes de las 23 comunidades que
pertenecen al municipio de Tiwanaku. En algunos casos, estos representantes son
“verdaderos” yatiris, que constituyen los magos, sabios o videntes para el
mundo aymara. La señal que los legitima como tales, normalmente es haber sido
tocados por el rayo, además de que son denominados los Mayores, por su
experiencia y por su edad, en otras palabras porque poseen sabiduría por haber
“caminado más…” el camino de la vida o thaki. Dentro del Consejo también están
quienes son nombrados como representantes sin ser verdaderos yatiris, uno
porque en muchas de las comunidades ya no se práctica debido a la penetración
de las sectas evangélicas, o también están los denominados “aprendices de
yatiris” pero que no están legitimados por una señal de la naturaleza. Ellos,
además por su juventud y tener menos recorrido por el camino de la vida son
denominados los Menores.
Esta diferenciación resulta muy
importante ya que a la hora de poner en funcionamiento el Consejo quienes se
apoderan de la celebración del Año Nuevo Aymara son los Menores, cuya lógica
por estar más imbuidos de las prácticas racionales occidentales, además
apoyados por ONGs católicas y evangélicas además del grupo de adeptos a la
ideología del rescate cultural andino antes mencionado, son quienes llevan
adelante esta celebración, diríamos para afuera. Toda esta manipulación y hasta
imposición que se hace hacia los Mayores, para quienes, como se dijo resultan
extrañas éstas prácticas, se convierte en una nueva forma de colonización ya
que se llega a discriminar los saberes de los ancianos por ser considerados
híbridos y no “puros”, como se pretende estructurar el nuevo ritual
supuestamente “originario”. Estos saberes de los Mayores, hoy por hoy vendrían
a constituir las prácticas para adentro, es decir en la comunidad.
Sin embargo, algo en lo que se
debe incidir es que para los Mayores no parece ser importante la forma como se
hace el ritual, es decir, como sabios que son consideran que si en el ritual se
invoca a la Pachamama y a también a la Virgen María, no está mal porque lo
importante es “con el corazón que se está invocando” y haber solicitado el
correspondiente permiso o licencia a las fuerzas de la naturaleza para que
éstas se manifiesten y otorguen sus bendiciones y fortunas. Pero eso sí quien
hace la ceremonia debe ser “verdadero” yatiri o mago, y como ya expliqué antes,
esto está legitimado por las señales que le otorgan la naturaleza,
principalmente la caída del rayo (también pueden ser gemelos, haber nacido de
pies, tener 6 dedos, etc.).
La mirada del Gobierno de Evo Morales desde la supuesta “recuperación”
de la cultura andina
Como mencioné antes, en esta
celebración del ANA han participado distintos partidos políticos sobre todo de
corte indianista y popular. Entre ellos obviamente uno de los gobiernos que le
dio mucha relevancia a la celebración es el de Evo Morales quien incluso fue
investido con el bastón de mando por parte de uno de los Menores del Consejo de
Amawt´as (Valentín Mejillones). En este sentido, este gobierno se ha propuesto
recuperar los elementos simbólicos de lo que supuestamente se cree fue la
cultura andina en un modelo estadocéntrico, así, a estas alturas desde mi punto
de vista se ha caído en una neocolonización
ya que se quiere imponer un discurso y religiosidad supuestamente andina
sobre el sincretismo del que ya hablamos que viven cotidianamente los
comunarios. Entonces, políticamente tienes esta mirada el gobierno, con un
discurso supuestamente o diz que comunitario, se habla de la filosofía del Vivir
Bien, del Sumaqamaña, etc., sin embargo se continúa en la lógica de la
imposición, de la dominación, de la discriminación y el autoritarismo.
En este contexto, reclutan como
aliados a los Menores del Consejo de Amawt´as que, hoy por hoy están divididos
entre quienes apoyan al gobierno y aquellos que no, además que los Mayores ya
están falleciendo y lamentablemente sus saberes no han sido suficientemente
rescatados por los Menores, quienes imbuidos por la modernidad racional
occidental ya adquieren otros valores, como ser protagonismo, personalismo,
manejo instrumental del poder, precisamente valores bajo los cuales se maneja
este gobierno a pesar de mantener un discurso de recuperación de valores
ancestrales. Sin embargo, aún no se entiende que la filosofía de vida de los
pueblos ancestrales se manejan bajo otra lógica, es holista, integral,
intuitiva (de conocimiento directo), va por lo mágico religioso, mientras que
la lógica occidental moderna tanto desde la política como desde la academia va
fundamentalmente por lo racional. Y en este contexto, particularmente el
vicepresidente Álvaro García, desde mi perspectiva fuerza dos lógicas o sistemas
ideológicos provenientes de distintas matrices conceptuales, uno que es el marxista racional occidental
que si bien, es reivindicativo contra la opresión se sustenta en la lucha de
clases y en la preponderancia o dominio de los dueños de los medios de
producción; y otro el comunitarismo que, desde la óptica de la comunidad pasa
por la lógica de la solidaridad, del pensar y fundamentalmente del sentir y actuar en colectivo, en reciprocidad, justamente del “caminar con
buen corazón” que primordialmente tiene que ver con la espiritualidad y el
sentimiento ya que, en realidad “todos nos debemos a todos” (don Policarpio
Flores Apaza). Entonces, se podría decir que son dos caminos diferentes.
La acción de la boda como una muestra de esta “recuperación”
En este afán de recuperar la
cultura andina frente a más de 500 años de opresión española, el vicepresidente
parece querer mostrar mediante esta acción (su boda), un acto de “descolonización”
(entre comillas), de reivindicación, de preponderancia de un Estado,
evidentemente plurinacional, laico, pero al fin y al cabo dentro del modelo
estadocéntrico; de una supuesta recuperación “para afuera” y desde afuera”,
pero además “desde arriba” buscando alianzas con los ritualistas Menores de
Tiwanaku, aprendices o finalmente quienes sin ser nada manipulan al Consejo de
Amawt´as y al interior del mismo Consejo, pues, como se dijo, no se debe
olvidar la diferenciación entre Mayores y Menores. En este marco, se hace una utilización
instrumental de los símbolos de la cultura andina, del Consejo y del mismo
lugar de Tiwanaku, que pasa por la figuración, por el ego individualista, por
el protagonismo, por el discurso político al estilo occidental y, como decía
uno de los Mayores, ya fallecido, don Policarpio Flores Apaza, por el afán de
mostrar como “show” la cultura andina, el decía, en palabras exactas: “Nuestra
cultura no es un show”.
Entonces, que se está recuperando
realmente??, la forma, pero no la esencia del mensaje de las culturas
ancestrales, ya que ésta, justamente no pasa por el protagonismo ni por la búsqueda
de poder político, ni por la figuración individual ni el manejo instrumental,
más bien el camino señalado por los ritualistas que orientan a sus autoridades
está marcado fundamentalmente por la unidad, la humildad (esto es muy importante), por el bienestar colectivo, por
“no hacerle doler el corazón a nadie”, por el diálogo, por la aceptación de las
diferencias y a pesar de ello apuntar a la unidad “como un solo hombre”, lo
cual, por ejemplo, con el tema del Tipnis no ha ocurrido ya que en ningún
momento el gobierno los ha escuchado y los pueblos indígenas justamente han
expresado que ellos pertenecen a una cultura del diálogo, que, yo diría, es el
mayor ejercicio de democracia que existe. En la comunidad, pueden estar horas
de horas expresando sus diferentes puntos de vista pero llegado el momento se
arriba a un consenso entre diferentes, por templo, para el caso de Tiwanaku,
entre católico y evangélicos, que no es nada fácil.
Pero como no se trata de buenos y
malos en ninguna historia, sino desde la posición ideológica que se está
mirando la situación, el gobierno al estar inmerso en un modelo estadocéntrico
no puede ejercer una democracia inclusiva, además de regirse por valores de la
modernidad, individualistas, de competencia, etc., por lo que le es ajeno, en
realidad, lo recíproco, lo solidario, lo colectivo, lo horizontal; y en última
instancia lo único que conocer es la racionalidad, lo lógico y no el sentir, el
sentimiento y el conocimiento directo intuitivo, base de la sabiduría de los
pueblos ancestrales, que pasa preponderantemente por lo mágico, por el prodigio.
Tampoco se debe obviar de que el
vicepresidente, en un esfuerzo, al parecer, de respetar lo simbólico religioso
en cuanto al catolicismo implantado por la colonia en el imaginario de la
población boliviana, también tendrá una ceremonia católica, nada más ni nada
menos que en la iglesia de San Francisco, construida y representativa de la
colonia. Por lo cual, implícitamente existe un reconocimiento del sincretismo
que vive el pueblo boliviano ya que, a estas alturas, negarlo sería rayar en la
ignorancia porque, nos guste o no, lo mestizo o híbrido está fuertemente
instalado en el imaginario de la población boliviana y además, no sólo pasa por
el pensamiento, si no por la fe que, no pasa por la racionalidad sino por la
subjetividad, y ahí si hay que tratar el tema con pinzas ya que nos remite a la
identidad, y en última instancia a la espiritualidad o “camino” (thaki) de cada
persona, el “otro” de lo racional, de lo lógico, lo que no se ve de lo que se
ve.
Finalmente, desde esta matriz
conceptual que constituye el sentimiento y pensamiento andino, al margen de que
sean Mayores o Menores, “verdaderos” yatiris (tocados por el rayo) o aprendices
de yatiris del Consejo de Amawt´as de Tiwanaku, quienes hagan la ceremonia del
casamiento del vicepresidente, para que las energías positivas superiores del
Universo o Alajpacha se manifiestan y derramen sus bendiciones sobre la pareja,
dependerá fundamentalmente del “corazón con que hagan la ceremonia” quienes lo
hagan, y también del “corazón con que estará yendo a pedir el vicepresidente y
su novia” a las fuerzas superiores (esto también es así dentro de otras
religiones), ya que en el rito es un medio para que se manifiesten energías
positivas o negativas, dependiendo de las intenciones de quien pide y quien
media, respectivamente. Eso sí, algo sin e qua non es primero pedir permiso o
licencia, perdón y agradecimiento para luego hacer la respectiva petición, esto
es lo sacro, el camino directo entre el ser humano y el Gran Espíritu.
En ello, nadie puede saber “con
qué corazón está yendo el vicepresidente” pero según estos códigos no habría
por qué preocuparse realmente ya que si se va a pedir con buen corazón, las
energías superiores se manifestaran e irradiarán no solo a la pareja sino al
país en su conjunto. De lo contrario, en palabras de los Mayores “tarde o
temprano el malo cae por su propio peso” como sucedió con uno de los Menores
(Valentín Mejillones quien está preso por delitos de narcotráfico), y todo lo
que se hace siempre retorna, sea para bien o para mal, es la ley de la
naturaleza, y esa es la visión o vivencia holista, característica de las
culturas ancestrales.
Etiquetas:
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