martes, 11 de septiembre de 2012

LA BODA DEL VICEPRESIDENTE EN TIWANAKU: UN ANÁLISIS DESDE LA POLÍTICA Y LA RITUALIDAD


Por qué Tiwanaku?

Las ruinas arqueológicas de Tiwanaku, población ubicada cerca de la ciudad de La Paz son consideradas como un lugar de mucha energía cósmica tanto por los comunarios como por intelectuales, especialmente de la disciplina de la arqueología, como por adeptos a corrientes ideológicas gnósticas esotéricas. También están intelectuales y políticos mestizos e indígenas urbanos quienes, por considerar a Tiwanaku como los orígenes y el centro de la cultura andina (puquinas, tiwanakotas, aymaras y quechuas) quisieron recuperar las prácticas andinas y fundaron movimientos y partidos políticos de corte indianista – kataristas guiados por el paradigma de lo que, en su momento se denominó, el retorno del Pachakuti y propugnaron la celebración del Año Nuevo Aymara en el solsticio del 21 de junio.

Lo paradójico de la situación es que en estas prácticas no participaban los pobladores – comunarios de las estancias rurales de la región ya que como producto de más de 500 años de colonialismo español sus prácticas en cuanto a la ritualidad son sincréticas (prácticas andinas y católicas, o directamente ya son sólo evangélicos) lo que no quiere decir que no tengan una visión holista particular de la espiritualidad. Solamente fue Rufino Phaxsi, lugareño y con conocimientos de medicina natural quien, en alianza con los grupos entusiastas por la recuperación de los elementos simbólicos andinos que se dicen son originarios, e incluso con agencias de turismo, pusieron en marcha de lo que después se denominó el Año Nuevo Aymara, celebración que posteriormente se extendió a distintos lugares del país.

El Consejo de Amawt´as como protagonista central

Ya por 1991 -1992 los comunarios de la región se rebelaron ante la participación individual que tenía Phaxsi y propugnaron un levantamiento a la cabeza de Valentín Mejillones, nacido en la comunidad de Corpa pero con residencia permanente en el barrio de Alto Lima de la ciudad de El Alto. Remarcar esto es muy importante porque las diferencias entre quienes viven en las comunidades y son agricultores y están en permanente relación la naturaleza no es lo mismo que haber nacido en la comunidad y residir en la ciudad. En lo simbólico se pierden ciertas representaciones y se adquieren otras, entonces la identidad cambia ya que esta desde el punto de vista del interaccionismo simbólico, corriente sociológica a la cual me adscribo, la identidad es procesual y no estructural ni estática, por más que se pertenezca a la misma etnia o raza, en este caso, la aymara.

En este contexto, se funda lo que se denominó el Consejo de Amawt´as de Tiwanaku, cuyos integrantes constituían y constituyen hasta el presente, representantes de las 23 comunidades que pertenecen al municipio de Tiwanaku. En algunos casos, estos representantes son “verdaderos” yatiris, que constituyen los magos, sabios o videntes para el mundo aymara. La señal que los legitima como tales, normalmente es haber sido tocados por el rayo, además de que son denominados los Mayores, por su experiencia y por su edad, en otras palabras porque poseen sabiduría por haber “caminado más…” el camino de la vida o thaki. Dentro del Consejo también están quienes son nombrados como representantes sin ser verdaderos yatiris, uno porque en muchas de las comunidades ya no se práctica debido a la penetración de las sectas evangélicas, o también están los denominados “aprendices de yatiris” pero que no están legitimados por una señal de la naturaleza. Ellos, además por su juventud y tener menos recorrido por el camino de la vida son denominados los Menores.

Esta diferenciación resulta muy importante ya que a la hora de poner en funcionamiento el Consejo quienes se apoderan de la celebración del Año Nuevo Aymara son los Menores, cuya lógica por estar más imbuidos de las prácticas racionales occidentales, además apoyados por ONGs católicas y evangélicas además del grupo de adeptos a la ideología del rescate cultural andino antes mencionado, son quienes llevan adelante esta celebración, diríamos para afuera. Toda esta manipulación y hasta imposición que se hace hacia los Mayores, para quienes, como se dijo resultan extrañas éstas prácticas, se convierte en una nueva forma de colonización ya que se llega a discriminar los saberes de los ancianos por ser considerados híbridos y no “puros”, como se pretende estructurar el nuevo ritual supuestamente “originario”. Estos saberes de los Mayores, hoy por hoy vendrían a constituir las prácticas para adentro, es decir en la comunidad.

Sin embargo, algo en lo que se debe incidir es que para los Mayores no parece ser importante la forma como se hace el ritual, es decir, como sabios que son consideran que si en el ritual se invoca a la Pachamama y a también a la Virgen María, no está mal porque lo importante es “con el corazón que se está invocando” y haber solicitado el correspondiente permiso o licencia a las fuerzas de la naturaleza para que éstas se manifiesten y otorguen sus bendiciones y fortunas. Pero eso sí quien hace la ceremonia debe ser “verdadero” yatiri o mago, y como ya expliqué antes, esto está legitimado por las señales que le otorgan la naturaleza, principalmente la caída del rayo (también pueden ser gemelos, haber nacido de pies, tener 6 dedos, etc.).

La mirada del Gobierno de Evo Morales desde la supuesta “recuperación” de la cultura andina

Como mencioné antes, en esta celebración del ANA han participado distintos partidos políticos sobre todo de corte indianista y popular. Entre ellos obviamente uno de los gobiernos que le dio mucha relevancia a la celebración es el de Evo Morales quien incluso fue investido con el bastón de mando por parte de uno de los Menores del Consejo de Amawt´as (Valentín Mejillones). En este sentido, este gobierno se ha propuesto recuperar los elementos simbólicos de lo que supuestamente se cree fue la cultura andina en un modelo estadocéntrico, así, a estas alturas desde mi punto de vista se ha caído en una neocolonización ya que se quiere imponer un discurso y religiosidad supuestamente andina sobre el sincretismo del que ya hablamos que viven cotidianamente los comunarios. Entonces, políticamente tienes esta mirada el gobierno, con un discurso supuestamente o diz que comunitario, se habla de la filosofía del Vivir Bien, del Sumaqamaña, etc., sin embargo se continúa en la lógica de la imposición, de la dominación, de la discriminación y el autoritarismo.

En este contexto, reclutan como aliados a los Menores del Consejo de Amawt´as que, hoy por hoy están divididos entre quienes apoyan al gobierno y aquellos que no, además que los Mayores ya están falleciendo y lamentablemente sus saberes no han sido suficientemente rescatados por los Menores, quienes imbuidos por la modernidad racional occidental ya adquieren otros valores, como ser protagonismo, personalismo, manejo instrumental del poder, precisamente valores bajo los cuales se maneja este gobierno a pesar de mantener un discurso de recuperación de valores ancestrales. Sin embargo, aún no se entiende que la filosofía de vida de los pueblos ancestrales se manejan bajo otra lógica, es holista, integral, intuitiva (de conocimiento directo), va por lo mágico religioso, mientras que la lógica occidental moderna tanto desde la política como desde la academia va fundamentalmente por lo racional. Y en este contexto, particularmente el vicepresidente Álvaro García, desde mi perspectiva fuerza dos lógicas o sistemas ideológicos provenientes de distintas matrices conceptuales,  uno que es el marxista racional occidental que si bien, es reivindicativo contra la opresión se sustenta en la lucha de clases y en la preponderancia o dominio de los dueños de los medios de producción; y otro el comunitarismo que, desde la óptica de la comunidad pasa por la lógica de la solidaridad, del pensar y fundamentalmente del sentir y actuar en colectivo, en reciprocidad, justamente del “caminar con buen corazón” que primordialmente tiene que ver con la espiritualidad y el sentimiento ya que, en realidad “todos nos debemos a todos” (don Policarpio Flores Apaza). Entonces, se podría decir que son dos caminos diferentes.

La acción de la boda como una muestra de esta “recuperación”

En este afán de recuperar la cultura andina frente a más de 500 años de opresión española, el vicepresidente parece querer mostrar mediante esta acción (su boda), un acto de “descolonización” (entre comillas), de reivindicación, de preponderancia de un Estado, evidentemente plurinacional, laico, pero al fin y al cabo dentro del modelo estadocéntrico; de una supuesta recuperación “para afuera” y desde afuera”, pero además “desde arriba” buscando alianzas con los ritualistas Menores de Tiwanaku, aprendices o finalmente quienes sin ser nada manipulan al Consejo de Amawt´as y al interior del mismo Consejo, pues, como se dijo, no se debe olvidar la diferenciación entre Mayores y Menores.  En este marco, se hace una utilización instrumental de los símbolos de la cultura andina, del Consejo y del mismo lugar de Tiwanaku, que pasa por la figuración, por el ego individualista, por el protagonismo, por el discurso político al estilo occidental y, como decía uno de los Mayores, ya fallecido, don Policarpio Flores Apaza, por el afán de mostrar como “show” la cultura andina, el decía, en palabras exactas: “Nuestra cultura no es un show”.

Entonces, que se está recuperando realmente??, la forma, pero no la esencia del mensaje de las culturas ancestrales, ya que ésta, justamente no pasa por el protagonismo ni por la búsqueda de poder político, ni por la figuración individual ni el manejo instrumental, más bien el camino señalado por los ritualistas que orientan a sus autoridades está marcado fundamentalmente por la unidad, la humildad (esto es muy importante), por el bienestar colectivo, por “no hacerle doler el corazón a nadie”, por el diálogo, por la aceptación de las diferencias y a pesar de ello apuntar a la unidad “como un solo hombre”, lo cual, por ejemplo, con el tema del Tipnis no ha ocurrido ya que en ningún momento el gobierno los ha escuchado y los pueblos indígenas justamente han expresado que ellos pertenecen a una cultura del diálogo, que, yo diría, es el mayor ejercicio de democracia que existe. En la comunidad, pueden estar horas de horas expresando sus diferentes puntos de vista pero llegado el momento se arriba a un consenso entre diferentes, por templo, para el caso de Tiwanaku, entre católico y evangélicos, que no es nada fácil.

Pero como no se trata de buenos y malos en ninguna historia, sino desde la posición ideológica que se está mirando la situación, el gobierno al estar inmerso en un modelo estadocéntrico no puede ejercer una democracia inclusiva, además de regirse por valores de la modernidad, individualistas, de competencia, etc., por lo que le es ajeno, en realidad, lo recíproco, lo solidario, lo colectivo, lo horizontal; y en última instancia lo único que conocer es la racionalidad, lo lógico y no el sentir, el sentimiento y el conocimiento directo intuitivo, base de la sabiduría de los pueblos ancestrales, que pasa preponderantemente por lo mágico, por el prodigio.

Tampoco se debe obviar de que el vicepresidente, en un esfuerzo, al parecer, de respetar lo simbólico religioso en cuanto al catolicismo implantado por la colonia en el imaginario de la población boliviana, también tendrá una ceremonia católica, nada más ni nada menos que en la iglesia de San Francisco, construida y representativa de la colonia. Por lo cual, implícitamente existe un reconocimiento del sincretismo que vive el pueblo boliviano ya que, a estas alturas, negarlo sería rayar en la ignorancia porque, nos guste o no, lo mestizo o híbrido está fuertemente instalado en el imaginario de la población boliviana y además, no sólo pasa por el pensamiento, si no por la fe que, no pasa por la racionalidad sino por la subjetividad, y ahí si hay que tratar el tema con pinzas ya que nos remite a la identidad, y en última instancia a la espiritualidad o “camino” (thaki) de cada persona, el “otro” de lo racional, de lo lógico, lo que no se ve de lo que se ve.

Finalmente, desde esta matriz conceptual que constituye el sentimiento y pensamiento andino, al margen de que sean Mayores o Menores, “verdaderos” yatiris (tocados por el rayo) o aprendices de yatiris del Consejo de Amawt´as de Tiwanaku, quienes hagan la ceremonia del casamiento del vicepresidente, para que las energías positivas superiores del Universo o Alajpacha se manifiestan y derramen sus bendiciones sobre la pareja, dependerá fundamentalmente del “corazón con que hagan la ceremonia” quienes lo hagan, y también del “corazón con que estará yendo a pedir el vicepresidente y su novia” a las fuerzas superiores (esto también es así dentro de otras religiones), ya que en el rito es un medio para que se manifiesten energías positivas o negativas, dependiendo de las intenciones de quien pide y quien media, respectivamente. Eso sí, algo sin e qua non es primero pedir permiso o licencia, perdón y agradecimiento para luego hacer la respectiva petición, esto es lo sacro, el camino directo entre el ser humano y el Gran Espíritu.

En ello, nadie puede saber “con qué corazón está yendo el vicepresidente” pero según estos códigos no habría por qué preocuparse realmente ya que si se va a pedir con buen corazón, las energías superiores se manifestaran e irradiarán no solo a la pareja sino al país en su conjunto. De lo contrario, en palabras de los Mayores “tarde o temprano el malo cae por su propio peso” como sucedió con uno de los Menores (Valentín Mejillones quien está preso por delitos de narcotráfico), y todo lo que se hace siempre retorna, sea para bien o para mal, es la ley de la naturaleza, y esa es la visión o vivencia holista, característica de las culturas ancestrales.